Lección 4
Escala de Conciencia Emocional
A continuación se explicará cada uno de los niveles de la escala de conciencia emocional. Aprender acerca de estos niveles lo ayudará a interpretar y comprender los puntajes obtenidos en el cuestionario y el perfil personal realizados en la lección anterior.
- Adormecimiento
Las personas que se encuentran en este estado no tienen conciencia de nada en lo referente a los sentimientos o emociones. Esto sucede aun cuando estén bajo la presión de emociones muy fuertes. Curiosamente, otras personas tienen más conciencia de las emociones de una persona adormecida que el propio interesado. Mientras que una persona en este estado tal vez no sienta sus propias emociones, quienes la rodean pueden percibirlas a través de ciertos indicios, como por ejemplo la expresión facial, el rubor o el tono de voz. Cuando se le pregunte por sus sentimientos a una persona que se encuentra en este estado, lo más probable es que responda que no siente nada o que está adormecida. Se comporta de esta manera porque sus emociones están profundamente congeladas no son accesibles a su conciencia.
- Sensaciones Físicas
En este estado de conciencia emocional, se experimentan las sensaciones físicas que acompañan a las emociones, pero no se tienen conciencia de las emociones mismas. En términos psiquiátricos, esto se denomina somatización.
Una persona puede sentir que su corazón late aceleradamente, pero no tiene conciencia de que está asustada. Puede notar una opresión en el pecho, pero no la identifica como depresión. Puede experimentar calor súbito, escalofríos o un nudo en el estómago, sensaciones de escozor o hasta dolores agudos. Tiene todas estas sensaciones de la emoción, pero no tiene conciencia de la emoción en sí misma.
Estas sensaciones nunca están muy lejos de la conciencia, aun para una persona muy cerrada emocionalmente. Cuando las personas viven en un estado de ignorancia emocional, a mendo consumen drogas para combatir los síntomas físicos que en realidad tiene un origen emocional. Aunque estas drogas muchas veces tienen efectos colaterales nocivos, funcionan momentáneamente para ayudar a la persona a sobrellevar sus conflictos emocionales. Lo hacen porque eliminan las jaquecas, los dolores de estómago y otros síntomas físicos que les están recordando que deben prestar atención a algunos problemas emocionales.
Por lo tanto, los conflictos no desaparecen y las cuestiones emocionales permanecen sin resolver. Las drogas pueden borrar o atenuar temporalmente las sensaciones desagradables, pero desequilibran la química corporal y tienen efectos nocivos a corto o largo plazo.
Cuando las personas consumen muchos medicamentos o alcohol regularmente, ya no son capaces de interpretar sus sensaciones corporales. ¿Son éstas emocionales o químicas, exageradas o minimizadas, saludables o enfermas? Cuando una persona se auto medica tanto, es muy difícil saberlo
Cuando las personas están en un estado de tanta falta de conciencia emocional, es muy probable que lastimen a los demás. Cuando alguien no registra sus propias emociones fuerte, puede incurrir en comportamientos irracionales. Pero el comportamiento irracional lleva a un círculo interminable. Las personas actúan, sienten mucha culpa, se cierran, disminuyendo más aún su conciencia emocional y creando un ciclo familiar de violencia, adormecimiento e ignorancia emocional.
- Experiencia Prístina
En este estado, la persona es consciente de sus emociones, pero las experimenta como un elevado nivel de energía que no logra comprender ni expresar en palabras. En consecuencia, la persona es muy vulnerable y responde vivamente a las emociones, pero no puede comprenderlas ni controlarlas. En muy probable que un persona en estado prístino tenga arranque emocionales incontrolables, se comporte impulsivamente se deprima más que las personas que están adormecidas y sin conciencia. Éstas son las personas que más fácilmente se desarman cuando se produce una situación de tensión en un grupo.
Algunas personas creen que la conciencia emocional es una traba. Sin embargo, adquirir habilidades emocionales y una buena conciencia de las informaciones emocionales lleva a la efectividad y el desarrollo personal, aun en nuestro mundo, tan analfabeto en lo emocional. Esto se debe a que las personas muy educadas en lo emocional saben cómo controlar sus sentimientos cuando es necesario. Tal vez esto no sea posible en aquellos casos en los cuales es necesario mostrarse completamente frío y distante, pero, de todos modos, es probable que una persona muy educa emocionalmente evite esa clase de circunstancias. Existen algunos trabajos como el de asesino a sueldo o el ejecutivo encargado de despidos masivos que no son compatibles con la conciencia emocional.
- La Barrera Verbal
Cruzar esta barrera lingüística requiere un entorno que acepte las informaciones emocionales. Una vez que se ha cruzado esta barrera, una persona podría hablar acerca de sus emociones de una manera tal que desarrollará una conciencia cada vez mayor respecto de sus sentimientos.
Aprender a hablar acerca de las emociones se está tornando cada vez más difícil en esta época, ya que muchas personas se pasan el día trabajando con máquinas y no con personas. Además, el contacto con las máquinas no termina al final de la jornada laboral.
Esto sucede especialmente con los jóvenes. Cuando llegan del trabajo a sus casas, se pegan al televisor, a los videojuegos, los equipos de música o las computadoras.
Las personas que pasan tanto tiempo en contacto con máquinas pueden llegar a desinteresarse de las cuestiones emocionales y es probable que no analicen sus propias emociones. Es triste ver que las personas que no viven solas esperan a los cortes publicitarios de la televisión para hablar acerca de sus cuestiones emocionales, sí es que lo hacen en algún momento. No prestan atención a los conflictos emocionales sino cuando la pareja está al borde del divorcio o la relación con sus hijos adolescentes está totalmente deteriorada.
¿No es acaso más fácil sentarse a mirar televisión que tener una conversación profunda con un miembro de la familia? Pocos se dan cuenta de que este tipo de elección puede aislar a las personas de sus propias emociones y de las de los demás. SI no analizamos nuestros sentimientos, no habrá esperanza de que podamos escapar de un estado de adormecimiento, malestar físico o caos emocional.
Necesitamos tener un entorno que acepte y aliente nuestro discurso emocional y donde podamos compartir sinceramente nuestras emociones con personas que compartan sinceramente las suyas. Encontrar esa clase de entorno es fundamental para desarrollar la conciencia emocional. Hasta una comunidad de dos puede servir para empezar.
- Diferenciación
Este nivel de conciencia revela un paso hacia el reconocimiento de las diferentes emociones y de su respectiva intensidad y de la posibilidad de hablar a los demás acerca de ellas. En esta etapa somos conscientes de emociones tales como la ira, el amor, la vergüenza, la alegría o el odio. También tomamos conciencia de que un sentimiento puede tener diversas intensidades. El miedo puede ir de la aprensión al terror. El enojo puede ir de la irritación al odio. El amor puede tener grados, desde el afecto hasta la pasión.
En la medida en que cruzamos la barrera verbal (una verdadera pared para muchos), comenzamos a darnos cuenta de que muchas veces experimentamos varios sentimientos al mismo tiempo. Algunos de estos sentimientos son fuertes y evidentes, mientras que otros son débiles y están escondidos. Algunos son efímeros y otros duraderos.
Por ejemplo, cuando nos sentimos abrumados por los celos podemos darnos cuenta de que el principal sentimiento es la ira combinada con sentimientos más débiles de amor no correspondido con tintes de vergüenza. Otras personas pueden experimentar los celos como un fuerte sentimiento de dolor combinado con odio y temor.
- Casualidad
Cuando comenzamos a comprender la composición exacta de nuestros sentimientos, también comenzamos a comprender las causas que los originan, los acontecimientos que disparan nuestras respuestas emocionales y el porqué del orgullo, el odio o el miedo.
Para ilustrar, tomemos el caso de Peter, que comenzó a sentir celos la noche en la que se dio cuenta de que su novia Jennifer reía de las bromas de su amigo Michael. Al comienzo no quería admitir los celos, porque siempre se había enorgullecido de no ser celoso. Sin embargo, comenzó a darse cuenta que estaba irritable con Jennifer. Al pensar en su súbito cambio de actitud, tuvo que admitir que probablemente eran los celos los que estaban provocando su irritación.
En estas circunstancias nos damos cuenta de que las interacciones emocionales entre las personas son inevitables. Mal que nos pese, podemos provocar sentimientos en los demás y los demás pueden provocarlo en nosotros. En este caso, el aparente filtreo de Jennifer con Michael provocó los celos de Peter. Así comenzamos a descubrir la alquimia de las emociones: cómo nuestras tendencias emocionales (debilidad, asertividad, o celos) se combinan con las tendencias emocionales de los demás. En muchos casos podemos investigar y comprender por qué sentimos lo que sentimos.
- Empatía
Una vez aprendemos a conocer las diferentes emociones que sentimos, las diversas intensidades con que las experimentamos y las razones que las originan, y a medida que nuestra conciencia de nuestras emociones adquiere matices y sutileza, comenzamos a percibir a intuir matices y sutilezas semejantes en las emociones de quienes nos rodean.
La empatía es una forma de intuición. Es intuición acerca de las emociones. Las cuestiones de la empatía resultan asombrosas para los recién iniciados porque parecen depender de un sexto sentido, que a veces llega a semejar una peligrosa clarividencia. A través de la empatía literalmente recibimos las señales emocionales de otras personas a través de un canal emocional independiente.
La intuición es la facultad que hace posible la empatía. La empatía consiste en estar completamente abierto para experimentar intuitivamente los sentimientos de los demás, a veces tan claramente como los propios.
La empatía y la intuición son diferentes de la percepción. Cuando ejercitamos la empatía no deducimos, vemos ni oímos lo que otros sienten. Se ha dicho que la empatía es verdaderamente un sexto sentido con el cual percibimos la energía emocional de la misma manera en que el ojo percibe la luz. Si esto es así, entonces la empatía se produce en un canal intuitivo –separado de los otros cincos sentidos—que va directamente a nuestra conciencia.
La ignorancia emocional se produce cuando en nuestra juventud no logramos desarrollar el sexto sentido. Habitualmente aprendemos a dejarlo de lado debido a las continuas mentiras y al menosprecio de los sentimientos propios de las experiencias infantiles. Algunas personas nacen con el don de la empatía y tienen una alta sensibilidad para las emociones, mientras que otros son sordos emocionales. La mayor parte de las personas estamos en algún lugar en medio de estos extremos y podemos aprender o reaprender la conciencia empática.
La empatía, como todas la intuiciones, es imprecisa y de poco valor hasta que desarrollamos maneras de confirmar objetivamente el acierto de nuestras percepciones.
Es importante distinguir entre la empatía y la simpatía. La simpatía es un proceso intelectual que nos permite captar los estados emocionales de los demás y nos ayuda a comprender y hasta a predecir cómo se pueden sentir y cómo pueden actuar. Sin embargo, la simpatía no es un proceso emocional, sino más bien un proceso mental que tiene con la empatía la misma relación que puede tener un cuadro pre hecho para pintar con la obra de un artista. En el primero, podemos llenar los espacios correctos con los colores adecuados o las emociones adecuadas y obtener una copia aceptable del original sin necesidad de comprometernos emocionalmente. La empatía es algo diferente: involucra nuestras propias emociones ya que comprendemos los sentimientos de los demás porque los sentimos en nuestros corazones además que comprenderlos con nuestra mente.
La simpatía es pobre sustituto de la empatía, si bien en algunos casos, en los cuales las personas no pueden sentir empatía respecto de algunas emociones, la simpatía es mejor que nada. Sin embargo, para avanzar al siguiente estadio de la conciencia emocional se requiere verdadera empatía.
- Interactividad
Ser una persona “meramente” empática tiene sus desventajas. Una persona empática es muy consciente de todo un complejo universo de información emocional, a veces dolorosa intolerable, que otros no perciben.
Saber cómo se sienten los demás no significa necesariamente que sepamos lo que debemos hacer al respecto. Los comportamientos emocionales de las personas parecen pedir una respuesta, pero a veces esa respuesta no es bienvenida o no es posible. Poseer una alta cuota de empatía en un mundo emocionalmente tan analfabeto, puede llegar a volver literalmente loca a una persona. Una persona empática debe ser que hacer con su conciencia.
La interactividad emocional hace necesario conocer cómo las personas van a responder a las emociones del otro y cuándo la interacción va a cambiar para mejor o para peor. Hay que conocer a las personas lo suficiente como para saber cómo alguien va a reaccionar frente a la ira, el temor o la tristeza o cómo otro va a responder a la sexualidad, al goce o al optimismo.
La interactividad emocional se basa en el nivel más sofisticado de conciencia, ya que no sólo requiere que uno sepa lo que uno mismo siente y lo que siente el otro, sino que además hace falta que pueda anticipar cómo van a interactuar las emociones. Esto lleva a una persona a anticipar cómo dos personas diferentes dadas sus respectivas características emocionales, van a reaccionar en una situación dada.
Las emociones aparecen, se disipan, crecen hacen crisis en cada uno y a través del tiempo. La complicada conciencia de cómo las emociones se combinan una con otra en la misma persona, en el otro y en la relación constituye el más alto nivel de sofisticación emocional.
La conciencia de la interactividad emocional tiene que ver con la comprensión de la manera en la que las emociones, cual productos químicos, se combinan para crear nuevas sustancias que uno no podría prever observando los componentes aislados. Estas combinaciones pueden ser creativas, inerte o explosivas, como sucede con las que realizan en un laboratorio químico. La habilidad para predecir estas reacciones sólo puede provenir de una gran experiencia acumulada o de una gran sabiduría.
El concepto de interactividad es muy utilizado en la era de las comunicaciones. En ese contexto, representa la interacción inteligente como algo opuesto a la aceptación pasiva. La misma idea puede aplicarse a la interactividad emocional. La conciencia interactiva nos permite no sólo registrar nuestras emociones y las de nuestro entorno, sino además ver cómo pueden moldearse de una manera creativa, en lugar de dejarlas descontrolarse.
Volviendo al problema de las personas empáticas que sienten demasiado, la interactividad es la que les permite comenzar a usar su conciencia para atravesar de una manera positiva situaciones emocionales muy cargadas. Por lo tanto, la interactividad es el lazo que une la conciencia emocional, con la capacidad emocional.
Avanzar al Módulo 2: Abrir el Corazón